Recesión de encías

Retracción de las encías, un problema dental silencioso

Gozar de una buena salud bucodental no solo supone cuidar de nuestros dientes, también hay que prestar atención a las encías, las cuales muchas veces pasan desapercibidas durante los hábitos de higiene oral. El tejido gingival es una parte fundamental de la boca y su deterioro provoca la aparición de distintas dolencias que podrían ocasionar hasta la pérdida de piezas dentales.

Una de ellas es la recesión gingival o retracción de las encías, una afección muy extendida entre la población y cuyo desarrollo puede deberse a distintas razones. Tal vez lo peor de la recesión de encías sea su carácter silencioso, pues al ir retrayéndose de forma progresiva la mayoría de las personas que la sufren no se dan cuenta de ello hasta que surgen las primeras molestias y dolores.

Preguntas frecuentes

La retracción de encías es el retroceso del tejido gingival que abraza al diente, dejando al descubierto la raíz del mismo. Esto supone un serio problema oral ya que expone a las bacterias, los ácidos y los azúcares partes del diente que no están hechas para resistir sus ataques. Además, esa falta de tejido motiva la creación de una especie de “bolsas” entre los dientes y la línea de las encías donde se acumulan los restos de comida y los microorganismos causantes de las enfermedades periodontales. Por ello, las encías deben estar siempre firmemente adheridas a la mandíbula y cubrir herméticamente la raíz de cada diente.

Dependiendo de su gravedad, el doctor Preston D. Miller determinó en 1985 que la recesión gingival puede clasificarse en:

  • Clase I: La recesión del tejido marginal no se extiende hasta la unión mucogingival, al tiempo que no hay pérdida de hueso ni de tejido blando en el área interdentaria.
  • Clase II: La recesión de tejido marginal va hasta la línea mucogingival, pero no hay pérdida de tejido interproximal (hueso o tejidos blandos).
  • Clase III: La recesión alcanza o traspasa la unión mucogingival con pérdida en el periodonto proximal.
  • Clase IV: La recesión llega o cruza la unión mucogingival con una grave pérdida ósea y de tejido blando a nivel interdental.

La retracción de las encías produce la aparición de síntomas como:

  • Hipersensibilidad al frío y al calor. Al presentar una exposición de la raíz dental vemos al aire el cemento radicular, parte más blanda del diente, que queda a merced de los elementos externos. Debajo del cemento está la dentina compuesta por millones de pequeños poros que conectan el exterior del diente con la pulpa, el corazón de la pieza. Tras ingerir algo caliente, frío, dulce o ácido, ese estímulo llega con toda su virulencia al nervio dental, produciendo esa característica punzada de dolor.
  • Caries. La acidez del medio bucal puede generar caries por erosión en las raíces de los dientes. La raíz no cuenta con una capa de esmalte protectora como la corona.
  • Enfermedades periodontales. La aglomeración de placa (la combinación de alimentos, saliva y bacterias) en los dientes genera patologías como la gingivitis, la cual puede derivar en periodontitis, una enfermedad irreversible que puede llevar a la pérdida del diente.
  • Halitosis o mal aliento. La acumulación de restos de comida entre las encías ocasiona que su descomposición por la población bacteriana origine mal olor en la boca, principalmente por la producción de Compuestos Volátiles de Sulfuro (CVS).
  • Abscesos dentales. Es la acumulación de pus dentro del diente, la encía o el hueso debido a una infección bacteriana.
  • Problemas estéticos. Una recisión grave de encías causa lo que se conoce como sonrisa cadavérica, al dejar ver unos dientes demasiado alargados y alejados del tejido gingival. Esto hace que el paciente engendre complejos y evite mostrar sus dientes en público.

Las razones más comunes de la retracción gingival son:

  • Cepillados agresivos. Un cepillado con demasiada fuerza, de modo incorrecto o con el uso de cepillos con filamentos muy duros puede motivar el deterioro del esmalte dental y una retracción de encías.
  • Mala higiene oral. La falta de cepillados, el uso del hilo dental o el cepillo interproximal y enjuagues bucales facilita la acumulación de bacterias que ataquen el tejido periodontal.
  • Gingivitis y periodontitis. Las enfermedades periodontales son una de las principales causas de la recesión de encías, ya que inflaman y destruyen los tejidos gingivales y el hueso que sujeta el diente.
  • Malposición dentaria. Al no estar los dientes correctamente alineados, la mordida genera una gran fuerza sobre las encías y el hueso que con el tiempo lleva a una retracción gingival.
  • Bruxismo. Apretar o rechinar los dientes suscita una excesiva tensión en el hueso y las encías haciendo que estas retrocedan.
  • Cambios hormonales. , la diabetes provoca una respuesta inflamatoria más fuerte ante bacterias y microorganismos bucales y una menor capacidad de reparación de los tejidos, lo que aumenta el riesgo de padecer enfermedades periodontales y, por consiguiente, una retracción gingival.
  • Morder objetos y piercings. Los golpes o fricciones que ocasionan los pendientes en la lengua, morderse las uñas o masticar objetos irritan las encías, consiguiendo que estas se deterioren mucho más rápido.

A estos posibles orígenes también hay que añadir otros factores de riesgo, como la edad, ya que el debilitamiento y el desgaste al que sometemos a nuestros dientes y encías con el paso de los años hace más probable una retracción en personas de edad avanzada. Así, se calcula que el 88% de los mayores de 65 años sufren de retracción de encías en al menos un diente.

A su vez, los fumadores también cuentan con un mayor riesgo al exponer su boca a los contaminantes del tabaco.

La prevención es la mejor arma con la que contamos para detener y solucionar la retracción gingival. Por eso, al detectar los primeros síntomas, como sangrar durante el cepillado, una inflamación y enrojecimiento de la encía o sensibilidad dental, te recomendamos que acudas inmediatamente a un odontólogo de confianza para comprobar el estado de tu salud bucodental.

Una vez hallada la razón que está causando la inflamación gingival, en los casos más leves el dentista corregirá este proceso exponiendo al paciente una correcta técnica de cepillado, acompañándolo de pastas dentales desensibilizantes, un cepillo de dureza baja y un refuerzo de la higiene oral.

En casos más avanzados tras la fase previa de inflamación ocurre la pérdida o recesión. Se procede a un curetaje o raspado de las encías. Se trata de un procedimiento que se divide en dos partes: en la primera se elimina la placa y el sarro por encima y por debajo de la línea de las encías, y en la segunda se realiza una limpieza con aeropulidores o curetas manuales.

En retracciones con una mayor gravedad, el odontólogo podrá proponer al paciente dos opciones:

  • Raspado y cepillado de colgajo abierto. Es un tratamiento más invasivo que el curetaje, donde se realiza un intervención quirúrgica o curetaje a cielo abierto donde el tejido gingival afecto se separa para poder limpiarlo y desinfectarlo mejor.
  • Injerto de encías. Es una intervención quirúrgica en la que se colocan materiales sintéticos o tejidos extraídos del paladar del propio paciente en las raíces de los dientes que han quedado al descubierto por el retroceso de la encía. Existen tres tipos:
    • Injerto de tejido conectivo. Se toma encía desde el paladar para adherirlo encima de la recesión y conseguir una encía más fuerte voluminosa.
    • Injerto con desplazamiento de encía adyacente. En aquellas personas con las encías demasiado finas además de hacer un injerto de conectivo también se hace moviliza el tejido extraído de los dientes próximos para recubrir la recesión.

La recesión de encías es uno de los comienzos de envejecimiento bucal y viene seguido de otros. Es importante mantener tu boca en buenas condiciones para tener más longevidad: sin caries que deterioren tu tejido dental, encías sanas para que tus dientes tengan un buen anclaje, no tener ausencias dentales que debilitan tu oclusión y exista pérdida ósea y, por su supuesto una buena oclusión que equilibre tu cuerpo y evite el desgaste dental prematuro.

En Clínica Pedroche contamos con profesionales interdisciplinares y técnicas mínimamente invasivas y de última generación que nos permiten prevenir, atajar y restaurar la encía perdida en todos los casos. Lo mejor es que tú mismo compruebes habitualmente el estado de tus encías y si muestras síntomas u observas un retroceso en ellas llámanos inmediatamente al número de teléfono 915 27 29 16 o visítanos en la calle de Bustamante 45, 1ºG, de Madrid para que podamos solucionar y recomponer tu tejido gingival antes de que te ocasione mayores problemas. Recuerda que la salud de tu boca no solo depende de tus dientes, ya que estos necesitan de las encías para mantenerse sanos. ¡Cuida tus encías para cuidar tu sonrisa!

Si quieres apostar por este tratamiento revolucionario que ha obtenido un gran éxito ya en otros países, no dudes en acudir a una de las clínicas más comprometidas con su implementación en nuestro país.

El Dr. Fernández Pedroche realizará una valoración inicial global, dando una visión única en el mercado, ya que aúna las tres especialidades médicas necesarias: ortodoncia, ATM e implantología, lo que permite detectar previamente cualquier problema y recomendar los tratamientos más naturales, menos invasivos y adecuados a las necesidades de los pacientes.

Contamos con varios años de experiencia innovando con tratamientos de recesión de encías, por lo que nos hemos convertido en la referencia en España para su aplicación, recibiendo clientes de distintas procedencias en nuestras instalaciones de Madrid: distintos países del norte de Europa, Francia, Portugal y otras comunidades lejanas como Canarias, son algunos de los puntos desde donde viajan nuestros pacientes para comprobar la eficacia del tratamiento de recesión de encías en Clínica Pedroche.

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