Terapia Miofuncional

La ortodoncia implica tu vía aérea y la terapia miofuncional corrige los desequilibrios musculares

En 1975, la Asociación Americana de Lenguaje, habla y audición junto con la asociación americana de Ortodoncistas, reconocieron el interés común de la Fonoaudiología y de la Odontología en el estudio de la postura orofaríngea y facial, y la función relacionada con el habla y la oclusión.

Por ello, es muy importante que en ortodoncia, ya sea para niños o adultos, trabajemos desde la ortodoncia con un logopeda miofuncional de manera transdisciplinar.

Logopedia y ortodoncia ¿Qué va primero? Es lo que nos suelen preguntar en una primera visita. Depende de muchos factores, pero caso en el 90% de los casos primero deberemos expandir el paladar para tener más espacio para la lengua y luego realizaremos en paralelo a la ortodoncia, la terapia miofuncional y corregir desequilibrios.

En Pedroche se ha incorporado al equipo Daniela Neves, doctora en terapia miofuncional formada en Madrid, Barcelona, California y actualmente docente en UAX, UCM y UE.

Preguntas frecuentes

La terapia miofuncional orofacial es una parte de la logopedia orientada a corregir los desequilibrios musculares y establecer patrones de movimiento para que la estructura de la cara del paciente sea la adecuada.

El tándem ortodoncia y terapia miofuncional juegan un papel muy importante para el paciente
cuando tiene un paladar estrecho, respiración bucal o apnea del sueño entre otros.

El objetivo de la terapia miofuncional es la correcta colocación de la lengua, lograr una respiración nasal la mayor parte versus la bucal, masticación, deglución y habla.

El principal objetivo es conseguir el equilibrio y funcionamiento armónico de los músculos de la cara y del cuello, y realizar la reeducación neuromuscular para automatizar movimientos y sustituir así los patrones neuromusculares anómalos.

Cuando existe un desorden entre las estructuras orales y faciales como son: labios, dientes, lengua, mandíbula, mejillas y paladar. Pero uno de los síntomas más llamativos es el del respirador oral o bucal y es el que más perjudica nuestra salud general, ya seamos niños o adultos. Si de niños hemos respirado por la boca, lo haremos de adultos, es algo que no desaparece, si no que se va incrementando.

Aunque la respiración oral puede desarrollarse a cualquier edad lo más habitual es que se inicie a edades muy tempranas. Tras años de respiración por la boca, los síntomas típicos y las características morfológicas de los respiradores bucales son:

 Maxilares estrechos
 Cara con crecimiento vertical
 Musculatura facial débil
 Boca y ojos asimétricos o descendidos
 Estructuras faciales flácidas
 Incorrecto patrón de respiración
 Caries dentales y enfermedades en las encías
 Dolores de estómago, problemas digestivos y gases
 Alteraciones del sueño y ronquido
 Trastornos de hiperactividad y concentración en niños
 Cansancio crónico y sueño diurno en adultos
 Dolor orofacial y apretamiento dental

Porque interfieren con el desarrollo dental y facial y, en consecuencia, en el habla y en el desarrollo físico y psicosocial del niño.

Algunos de los malos hábitos relacionados con el sistema orofacial y que causan desequilibrios dentales:

1. Interposición de la lengua entre los dientes. La lengua va empujando y causa mordida
abierta en el niño, la arcada dental se va modificando y desviando.
2. Interposición labial en reposo, el labio inferior se sitúa entre los incisivos causando
protusión. Los niños que respiran por la boca porque no pueden o no tienen el hábito de
hacerlo por la nariz, desplazan las piezas dentales con la fuerza de los maxilares.
3. Hábitos de succión, chuparse el dedo o chupete. Causan deformidad en la arcada dental.
4. Babeo, se produce por la falta de desarrollo de los músculos alrededor de la boca. Una
musculatura debilitada por una alimentación principalmente blanda causan hipotonía, una
tonicidad muscular muy baja.
5. Onicofagia o morderse las uñas, una de las consecuencias es que el paladar puede deformarse y también el deterioro de las piezas dentales.
6. Bruxismo, hábito involuntario de apretar o rechinar dientes.

Depende de muchos factores y hay que trabajarlo de forma transdisciplinar:

  1. Problemas estructurales I
  • Lengua sin espacio
  • Paladar estrecho y comprimido
  • Existencia de frenillo lingual

Deberemos ampliar el paladar primero con ortodoncia para que la terapia miofuncional haga su efecto, si no, se producirá frustración en el paciente.

En el caso del frenillo lingual deberemos eliminarlo.

  1. Problemas estructurales II

Si es un caso leve y no hay problemas de frenillo lingual, de lengua o de paladar, podemos empezar con la terapia miofuncional y en paralelo con la ortodoncia.

  1. Problemas de respiración

Si hay mucha compresión y hay un componente respiratorio alterado, se debe empezar con la ortodoncia para descomprimir y luego trabajar con la terapeuta miofuncional.

  1. Obstrucción nasal

Deberemos acudir a un otorrino especializado en primer lugar y luego con el ortodoncista y el logopeda miofuncional.

Tanto los adultos como los niños se puede trabajar en un plan de tratamiento con terapia miofuncional. Esta terapia deberá estar pautada por un especialista formado en este campo.

La terapia en niños puede prevenir problemas futuros y acompañar con una buena ortodoncia que guíe el crecimiento facial del niño a edades tempranas mediante la normalización de las funciones orales y reconduciendo el crecimiento craneofacial.

El trabajo con adultos va dirigido a la corrección de los problemas miofuncionales y las compensaciones que ya existen. Un adulto con problemas miofuncionales, es un niño que no ha sido tratado a tiempo, y su cuerpo ha compensado de alguna forma esos desequilibrios. Hay que resetear esas funciones y devolver mejoría a su salud.

Los adultos que comprenden lo que les sucede y el origen de sus desequilibrios funcionales, están muy motivados y suelen ser muy constantes en la terapia. Los resultados conseguidos marcan cambios importantes en sus vidas, recordemos que existen desde la infancia.

Cada plan de tratamiento es totalmente personalizado e incluye ejercicios para el problema de cada paciente. Estos están planificados para adecuar la condición muscular y posteriormente normalizar las funcionales orofaciales.

Los ejercicios exigen normalmente una rutina de entre 5 a 7 minutos diarios que permiten lograr los resultados e instaurar nuevos patrones neuromusculares. Muy importante el compromiso y la paciencia del paciente.

En cada sesión de seguimiento se evalúa el progreso, se revisa que el paciente está haciendo los ejercicios correctamente y se modifican según la evolución del mismo.

En el caso de los niños es imprescindible el acompañamiento de los padres en sus rutinas diarias, para poder lograr los objetivos marcados. La constancia y el compromiso es la clave del éxito en el tratamiento miofuncional. Como en cada cambio de hábito en general.

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