Roncar no es normal, ni en niños ni en adultos
Descansar correctamente es fundamental para nuestra salud. Nos permite afrontar el día siguiente con la energía y la concentración necesarias para cumplir con nuestros cometidos personales y profesionales.
Por eso a nadie le gusta roncar. ¡Ni que le ronquen al lado! Que tus hijos, tu pareja o tú mismo ronques no es solo una molestia, es un indicativo de que algo está impidiendo al cuerpo respirar correctamente durante el sueño.
En determinados casos, como durante los procesos gripales o catarrales, es totalmente normal hacerlo al producirse una obstrucción en los conductos respiratorios por el incremento de la mucosidad. Pero en el resto de momentos no debería ocurrir, sin embargo, la sociedad lo ha normalizado. Incluso se cree que puede ser una muestra del cansancio acumulado o de que se está durmiendo profundamente. Nada más lejos de la realidad, el ronquido es una enfermedad moderna crónica que altera el periodo de descanso y el tiempo de reequilibrio del cuerpo.
¿Por qué roncamos?
El ronquido se produce una vez que la persona llega a la máxima intensidad del sueño, lo que se denomina Fase 4 del sueño o sueño profundo. Se entra en ella a los 90 minutos posteriores de quedarse dormido. Dura aproximadamente el 15% del tiempo total del sueño y se caracteriza porque el cuerpo cae en una especie de coma autoinducido del que le cuesta despertarse.
Durante este proceso nuestros músculos se relajan por completo, incluyendo los del cuello, el paladar blando y la lengua. Esto hace que la mandíbula se retraiga y tanto los tejidos blandos de la boca como la lengua caigan hacia la garganta causando una constricción de los conductos respiratorios. El paso del aire entre los músculos de las paredes de la garganta y la faringe es lo que genera la vibración que origina el ruido que conocemos como ronquido.
El cuerpo precisa hacer un esfuerzo para lograr el paso de oxígeno y que llegue al cerebro, por lo que ocasionará una mayor fricción que dará lugar a ronquidos más fuertes.
Tipos de ronquidos
- Ronquido esporádico. Es aquel que se produce únicamente en situaciones concretas y por motivos definidos: después de beber alcohol, fumadores habituales, catarros…
- Ronquido infantil. No es natural ni es normal una respiración ruidosa o ronquido en los niños, es sinónimo de un mal desarrollo de la boca y la nariz.
- Ronquido en adultos. Es una enfermedad moderna resulta de nuestras bocas pequeñas y dientes apiñados tan habituales en nuestras sociedades. Empeora por la postura durante su descanso, siendo la más frecuente el estar tumbado boca arriba.
Apnea del sueño, el ronquido peligroso
Roncar no es normal y debe ser tratado siempre. El ronquido se define como un atragantamiento crónico leve. En sus fases más graves deriva en apnea del sueño o atragantamiento crónico grave. Es un trastorno que detiene súbitamente la respiración durante unos segundos para retomar la inhalación instantes después. Esta asfixia momentánea se repite durante todo el descanso con una media de 25-30 veces a lo largo de la noche y puede llegar incluso a ¡60 o 70!
Podríamos decir que el propio cuerpo se ahoga a sí mismo sin quererlo. Las paredes de la garganta se colapsan por completo ocluyendo las vías respiratorias. Al entrar menos aire, aumenta la presión arterial para que el oxígeno en vez de liberarlo en el resto del cuerpo se redirija al cerebro. El sistema nervioso acelera la respiración y el ritmo cardíaco, por lo que hiperventilamos resultando al final en una peor eficiencia respiratoria. Con el paso del tiempo puede llegar a alterar otros mecanismos somáticos como los controles de la glucosa en sangre y el peso corporal.
Además, la falta de oxígeno alerta al cerebro, que lo que hace es despertar a la persona para que cambie levemente de posición y pueda abrir de nuevo sus vías aéreas.. De ahí que se produzcan esos jadeos y respiraciones intensas tan características de las personas con apnea. Esto repercute en que la persona sale de la fase profunda o reparadora del sueño por lo que es habitual levantarse con sensación de no haber descansado y presentar somnolencia diurna.
Clases de apnea
Principalmente, se distinguen cuatro clases de apnea:
- Apnea obstructiva. Es la más común y representa el 84% de los diagnosticados. Puede deberse a:
– Una excesiva relajación de los músculos del cuello durante el sueño.
– Un sobrepeso en los tejidos de la orofaringe y el contorno del cuello.
– Amigdalitis, sinusitis o alergias.
– Causas estructurales en el desarrollo de la nariz, el cuello o la mandíbula.
- Hipoapnea. Las paredes musculares se cierran parcialmente sin que haya un colapso respiratorio total. Sin embargo, el conducto de entrada del aire se estrecha durante más de 10 segundos.
- Apnea central. Sus causas son neurológicas, ya que el cerebro no envía el correcto estímulo nervioso a los músculos que controlan la respiración. No existe una obstrucción respiratoria, pero tampoco un esfuerzo muscular respiratorio.
- Apnea mixta o compleja. Es una combinación de la apnea obstructiva y la apnea central, con inicio de corte central y final obstructivo.
Síntomas de la apnea del sueño
La apnea provoca que al día siguiente el paciente tenga otras patologías por la privación del sueño que ha sufrido durante la noche. Es decir, por no dormir adecuadamente.
- Cansancio crónico.
- Sensación de sueño durante el día (hipersomnia).
- Poca capacidad de concentración.
- Cefaleas matinales.
- Depresión.
- Irritabilidad.
- Aumento de peso.
- Pérdidas de memoria.
- Reflujos gastroesofágicos.
- Bruxismo o rechinar de dientes.
- Disfunción sexual.
Complicaciones de la apnea
Esos microdespertares y los repentinos cambios en los niveles de oxígeno en sangre originan que el sistema simpático libere las catecolaminas u hormonas del estrés, entre ellas la adrenalina, imposibilitando el mantenimiento en la Fase 4 y el efecto reparador del sueño.
Al mismo tiempo se ocasiona un estrechamiento de los vasos sanguíneos, haciendo que el corazón tenga que bombear con más fuerza la misma cantidad de sangre (hipertensión arterial), y que la médula ósea genere más glóbulos rojos para intentar transportar el máximo oxígeno posible que está entrando.
De tal modo, con una sangre más espesa y unas arterias más pequeñas, el riesgo de ataques de miocardio y cerebrovasculares se incrementa notoriamente. Y no menos peligrosa es la somnolencia diurna, la cual acaba provocando mayores posibilidades de sufrir accidentes de tráfico o laborales.
Y no son las únicas dolencias, pues las personas con apnea también podrían padecer:
- Arritmias.
- Diabetes.
- Síndrome metabólico.
- Obesidad. Impotencia.
En los niños también son frecuentes otras afecciones como:
- Hiperactividad o fracaso escolar. Hasta un 23% de los niños con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) roncan.
- Retrasos en el crecimiento.
- Enuresis (escapes de orina incontrolados).
- Hipersudoración nocturna.
Causas del ronquido
El roncar se debe principalmente a los hábitos de vida presentes en nuestra sociedad moderna:
- La respiración oral genera más incidencia de sinusitis, alergias y resfriados. Esto favorece el desarrollo de hipertrofia adenoamigdalar y una garganta más estrecha de lo normal.
- Pobre desarrollo de la vía aérea que genera maloclusión o paladar estrecho. El ronquido es muy frecuente en personas que presentan maloclusiones y apiñamiento dental por lo que la lengua no tendrá el suficiente espacio ocupando una posición más baja y retrasada en la garganta..
- Obesidad. La grasa que se acumula alrededor de las vías áreas superiores puede obstruir la respiración y reduce el tono muscular del cuello.
- El consumo de alcohol, drogas, tranquilizantes o ciertos medicamentos sedantes puede aumentar la relajación de los músculos de la garganta y aprisionar las vías superiores.
- Tabaquismo. Las personas fumadoras tienen tres veces más posibilidades de padecer apnea del sueño que las no fumadoras, ya que el tabaco acrecienta la inflamación y la retención de líquidos en los conductos respiratorios superiores.
Embarazo y menopausia. El incremento de peso y los cambios hormonales en las mujeres pueden provocar una mayor debilidad en los músculos del cuello. El problema suele desaparecer por sí solo cuando se pasan estos periodos.
Soluciones contra los ronquidos y la apnea del sueño
Los hombres tienen más tendencia a roncar que las mujeres, especialmente a partir de los 40 años, cuando alrededor de un 60% de ellos y un 40% de ellas roncan. Antes de los 30 años, se estima que un 10% de los hombres y un 5% de las mujeres lo hacen, porcentajes que van creciendo conforme van envejeciendo. Mientras, en torno a un 4-6% de los hombres y 2-4% de las mujeres sufren apnea del sueño, la mayoría sin diagnosticar. En los niños estas cifras son menores, con un 10% que presentan ronquidos y un 2% apnea del sueño.
Si observas que tus hijos roncan habitualmente durante las noches o tú mismo muestras una sintomatología derivada de la apnea, ponte en contacto con nosotros. Realizaremos un estudio completo de la boca para comprobar las posibles causas que están impidiendo que las vías respiratorias se mantengan abiertas.
Tras ello, podemos diagnosticar férulas especiales para aliviar los ronquidos. Se trata de aparatos intraorales con la finalidad de reducir la respiración bucal. Se colocan antes de irse a dormir y se fabrican con las medidas de la boca del paciente para proporcionar una mayor comodidad y adaptabilidad.
Conjuntamente, en Clínica Pedroche somos especialistas en Orthotropics, que es la forma de tratar las causas del ronquido corrigiendo de forma natural y gradual el paladar estrecho y el apiñamiento dental, descongestionando las vías respiratorias y brindando una buena respiración nasal. Además, se complementa con ejercicios de respiración y de deglución.
Si necesitas más información, ponte en contacto con nosotros en el número de teléfono 915 27 29 16 o visitándonos en la calle de Bustamante 45, 1ºG, de Madrid.
¡Di no a los molestos ronquidos y empieza a descansar de verdad por la noche!